Esta mañana al entrar donde trabajo ¿qué vi? Practicamente todo el espacio de mi mesa estaba llena de cosas que, claro, no tenían nada que ver con el asunto que iba a trabajar (dos libros de cocina, llaves, papeles de varias índoles etc). Como siempre digo: “Mesa desorganizda…mente desorganizada”. No se si es una verdad universal o no; simplemente funciona para mi.
Estaba muy sorprendido de mi mismo. Sin darme cuenta, estos primeros días de confinamiento por el coronavirus aquí en España, me he dejado ser víctima de la Ley de Parkinson (el trabajo se extiende hasta llenar el tiempo -espacio- para su ejecución).
En casa de herrero cuchillo de palo.
Así que, me he recordado que necesito practicar lo que predico en mi profesión. Hablando en serio, especialmente en estos tiempos, evitar que las cosas simplemente «pasen», mantener el foco, tener cierta disciplina, poner tiempos límites son críticos para tener un equilibro mental, emocional, físico y espiritual – sobre todo con niños en casa.