Ayer en un bar pido una ensaladilla rusa y lo que me trae el camarero es impresionante: una presentación esmerada y original. Daba unas ganas de comerselo…
Y le digo al camarero: “La presentación está genial. ¿Lo puede decir al cocinero o cocinera?” Él sonríe.
Cuando estoy terminando de comer esa ensaladilla maravillosa pasa de nuevo el camarero y le comento: “Es la mejor presentación de una ensaladilla que he visto jamás.” Era la verdad.
Sorprendemente para mi me contesta: “¿No le gusta la ensaladilla?”
En este momento me vinó a la mente esta secuencia que había leído en alguna parte:
Entre lo que:
– pienso
– quiero decir
– creo que digo
– digo
– tú quieres oir
– crees oír
– quieres entender
– crees entender
– realmente entiendeshay nueve pasos hacia la incomprensión mútua.
A lo mejor dos cumplidos eran demasiados o el camarero percibió exageración por mi parte. No lo sabré. Aunque me sigue resultando curioso lo difícil que es dar (y recibir) cumplidos.