Con la compra semanal en mano, llegué a casa algo más tarde de lo que pensaba (falta de previsión) y ya tenia prisa para preparar la comida.
Decidí lanzarme directamente a hacer las cosas sin leer toda la receta del plato. Seguí la receta poco a poco (pastel de pescado irlandés).
Me di cuenta después, que tardé mucho más de lo que podía haber tardado. Si hubiese leído toda la receta, hubiese dado cuenta que era mejor poner las patatas a cocer al principio y no a mitad, que es como lo explicaba la receta.
Me acordé de dos cosas: 1) lo de “Visteme despacio que tengo prisa.”; y 2) un aforismo que me encanta: “Nunca hay tiempo de hacer las cosas bien a la primera, pero siempre hay tiempo para repetirlas.”